martes, 12 de febrero de 2013

Callao.

El hombre camina envuelto
en un espeso silencio
y es peso sobre su espalda
la carga de una palabra 
que a nadie le va diciendo.
Es paso lento su andar
en el espacio nocturno
mientras, despacio, el mundo
cambia un poco de lugar.
Esposo fiel, el silencio 
abraza mudo a la noche
y es pozo de los misterios
que callan todas las voces.
El hombre va por la calle
con el corazón contento
porque le brota de adentro
una canción de silencio.
Va el hombre sobre el asfalto 
caminando sin apuro
y de puro caminar
la ciudad se le hace canto, 
muda canción sin palabras
que labra el cielo callado.
Canto profundo, infinito
va desplegando el silencio
mientras, con labios cerrados,
el hombre va caminando
por el horizonte inmenso
de la avenida, Callao.

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